Ayer (27/08), con un día de ensueño, entre nubes y cumbres y sin madrugar mucho, nos hemos ido a disfrutar des estos ambientes sin igual. Ruda ascensión hasta el collado entre la primera y la segunda María, y luego a volar por las altivas crestas entre ventanas de nubes, que te dejan sorprender con imágenes de postal.

Solitarias cimas, mansas al Sur (Sensa), brutales al norte (Pineta)

Enfilar la vista hasta el Monte Perdido te enseña cuanto camino separa la solitud de la multitud.

Impresionante colorido de sentimientos retratados en sus rocas.

Impresionante. Sin más. Volar.

Este verano nos comentaron sobre el desperfecto en el pasaje de la cadena. Ya está arreglado.