¿Y por qué Liena?
Porque es un magnífico mirador de macizos como el Posets, el Cotiella, el Perdido o La Munia.
Porque es punto de unión entre el calcáreo y el granito, y por ello sus minerales, sus minas y su historia.
Porque su poca frecuentación permite disfrutar de la belleza viva de la montaña: bosques, cascadas, cuervos, prados, paredes, sarrios, buitres, crestas y cimas nevadas.
El recorrido de este fin de semana ha sido, saliendo de la aduana, subir al pico de Liena pasando por el escondido circo de su mismo nombre. Siguiendo los caminos de las minas, suavemente, zigzagueando por la historia. Con las vagonetas cargadas de minerales, aún colgadas de los cables, suspendidas...
Como el tiempo.